¿En qué nos parecemos al huitlacoche?

Aunque no lo creas, hay algo en común en ambas imágenes...

Expliqué la génesis del término utilizado para titular este blog a grandes rasgos en la página de autor, pero es necesario ahondar un poco en ello a juzgar por las preguntas que me hicieron en Formspring hace pocos días. Ya saben que Finísima Persona es su blog de confianza y qué sé yo, pero debo aclarar para los nuevos que el término no nació con el blog, ni siquiera con la columna del mismo nombre. Nació gracias a un par de asnos.

En efecto, me refiero a su servidor y a mi amigo y contlapache Hugo Tapia, compañero de la universidad y ocasional socio en iniciativas de dudosa calidad. Corría el año de 1992 (¡Cuéntanos más, Abuelo Toño!) y me encontraba cursando con cierta facilidad la carrera de Ciencias de Comunicación en la UIC (mi Alma Desmater). No me jacto de ello, lo que sucede es que después de un par de semestres iniciales donde me dediqué a beber como si fueran a prenderle fuego a todo el alcohol barato sobre el planeta, logré eventualmente tomar un ritmo eficiente de estudios-chamba-desmadre-distracciones que no amenazaba con tornarme en un estudiante fallido más. Y las materias que empecé a tomar me interesaban mucho más que las que colocan al principio de la carrera para desanimar a las huestes de futuros desempleados, así que mis calificaciones, desastrosas durante el primer año cursado, sufrieron un apreciable repunte que al menos evitó que me corrieran por bajo rendimiento.

Comencé a llevarme con Hugo por el simple hecho de que bebíamos en círculos sociales comunes y que a ambos nos gustaba hacer dibujitos. Yo había participado ya en una publicación (por asignarle un generoso calificativo) llamada La Náusea con mis compinches Oliver y Paco, y ante la ausencia del primero (dejó la carrera) y la madurez artística del segundo (sí, claro) llegó la opción de lanzar otra revistucha de monitos y mal gusto. Así pues, Hugo, Israel “El Zorro” León y yo lanzamos La Mula de Tu Hermana, un pasquín cuyo precio de portada era “Un Pinche Peso” (pensábamos que era una estrategia de marketing brillante) y que pronto generó pingües ganancias para sus fundadores. Bueno, para Hugo y para mi, pues debo confesar que la usábamos frecuentemente como nuestra caja chica y el pobre del Zorro nada más no se enteraba.

Una portada de La Mula de Tu Hermana, junto con una de las primeras imbecilidades firmadas con el nuevo seudónimo...

El rollo es que Hugo solía utilizar el término de “finísima persona” para designar a quienes justamente podían considerarse todo menos eso. Cuando El Zorro salía con uno de sus acostumbrados comentarios zafios y vulgares que nos sonrojaba las mejillas y nos forzaba a agendar confesión (estamos hablando de la mochísima UIC), era frecuente citar dicha máxima de naquez y mal gusto con un “checa lo que dijo el otro día El Zorro, finísima persona, él…”

Es bien sabido que el léxico, como el herpes y las ideas según Inception, se arraiga bien y bonito, así que pronto me encontré usando el calificativo de “finísima persona” a la menor provocación. Muy pronto utilicé el “Finísma Persona” como un seudónimo en La Mula de Tu Hermana, bajo la lógica estúpida de que los Misioneros de Guadalupe, propietarios y mandamases de la universidad, no se atreverían a condenar por vía académica los dibujitos y chistes más nacos que yo ejercía a través de la revistilla como mero esparcimiento creativo. Iluso yo. Así pues, cuando publicaba algo de particular mal gusto en La Mula, la firma de “Finísima Persona” sustituía a la habitual de “Toño Sempere”, pese a que era más que obvio que los dibujos mal hechotes y el cuestionable sentido del humor eran obra del mismo tarado.

Muestras del humor de Hugo y del "humor" de El Zorro (insercion)...

Así nació Finísima Persona como pseudónimo. Poco después, en preparación de unos autopromocionales para la estación de radio que yo manejaba con mi inveterada incompetencia (¡Estéreo UIC!), un servidor y otros cuates afines al finísimo calificativo (entre los que se encontraba un célebre conocido de ustedes, El Jara) armamos unos promos que echaban mano de unos CDs de efectos de sonido bastante desagradables: escupitajos, eructos, estornudos moqueantes y toda suerte de gases corporales se acompañaban de alguna tonadita inocentona y remataban con un “Estéreo UIC… ¡finísimas personas!” que pretendía disculpar nuestro humor primario (o de primaria, según se vea). Y como el mal gusto manda en este país, los promos y la frase cobraron cierta notoriedad.

Finísima Persona quedó atrás durante un buen rato. Me convertí en persona casi de bien, encontré trabajo estable y dejé mis idioteces de lado, para guardar las apariencias. Pero poco después retomé la vena de escribir mis desmadritos, explorando una avenida creativa que me había sido grata en mis épocas estudiantiles. Tras columnas en la Eres y Conozca Más (AgüeBox, Pan y Circo) que me revelaron que había cultivado, sin planearlo así, una especie de estilo propio, decidí que se me daba bien esto del humor y el sarcasmo vulgaris, así que no había caso en escribir contra naturaleza en mis intentos de pasar por gente decente. Cuando llegó la instancia de rebautizar la columna de CM, el Finísima Persona regresó orgánicamente y sin muchas consideraciones. Y de ahí a bautizar este blog con el mismo título fue un tramo corto.

El término me ha agradado siempre. Creo que esto se debe al hecho de que suele contradecirse a sí mismo constantemente. Digo, difícilmente te referirías a los temas soeces y de cuestionable validez artística que se leen aquí como ejercicios en el refinamiento. Por otro lado, empata bien con muchas de las extensiones creativas derivadas de este espacio. Otros blogs generan podcasts, que aquí son Finísimos. También manejan autores invitados, mismos que conocemos aquí como Finísimas Visitas. Y todos ustedes son Finísimos Miembros de esta cofadría llena de mentes afines en cuanto a lo que es políticamente correcto (prácticamente nada). Así como me refiero a algunos de mis entrañables amigos como “asnos”, en el sentido afectivo, también me dirijo en ocasiones a la generalidad que se toma la molestia de leer estas páginas, tweets y peroratas incongruentes como Finísimas Personas, o Finísimos y Finísimas a secas.

Hay algo de ironía y sarcasmo en un título que denota finura, sí, pero mucho más de respeto y admiración. Notarán que difícilmente llego a insultar opiniones contrarias con toda la vulgaridad y el vitriolo de que soy capaz, aún cuando sería justificado (¡COFF-Fans de Wacko Jacko-COFF!). Procuro que entre ustedes reine la carrilla, pero siempre entendiendo que no estamos para ataques personales o ventilación de frustraciones ulteriores debido a que no nos pareció lo comentado por alguien más. Nunca he tenido que bloquear a nadie (excepto a algunos de los mentados fans de Wacko Jacko, pero es de momento y porque les tengo preparada una “sorpresita”). No son reglas estipuladas por mi, simplemente es el ambiente que se ha dado naturalito por estos lares, y quizá sea lo que más me gusta de todo este rollo. Así pues, es un placer descubrir que lo que comenzó como una expresión burlesca ha crecido como la plaga, rindiendo frutos que pueden no lucir muy agradables de entrada, pero que son de lo más selecto y grato para quien sabe apreciarlos. Sí, Finísimos: en este sentido somos como el huitlacoche.

Gracias totales y así…

30 comentarios en “¿En qué nos parecemos al huitlacoche?

  1. jajajaja «cuentanos mas abuelo toño!» siempre me mata.

    Es un honor y un privilegio ser un Finisimo Miembro, deberian de darnos credenciales o algo.

  2. Yo tengo varias revistas de CM con finisimos articulos y jamas pense en ser parte de la historia de algo tan finisimo que desestresa mi cerebro…!!!

  3. Quien lo hubiera imaginado, haciendo revistillas en la universidad, ¿todos los dibujos son tuyos?, parece haber un par de estilos diferentes en cada comic.

    Ese estilo vulgar es lo que le gusta a los finisimos lectores, eso y aprender palabras con el bati-diccionario.

  4. Di-a-blos! que tiempos aquellos, pensar que sólo fuimos compañeros de banca unos 3 semestres y me acuerdo perfecto de lo que cuentas jaja que tiempos aquellos y que buena onda es darle seguimiento a un sueño universitario y así…

    Por cierto que bueno está tu formspring Súper Sticioso!

  5. Nada mas por que se que tengo que nutrir a mi cuerpo todas las mañanas, pero he encontrado la manera mas amena de comenzar el día (no importa que nada mas lleve tres días haciéndolo), si te interesa un corresponsal en este lado del país para tu mamotreto, yo no soy la persona indicada (nótese el sutil empleo de la psicología inversa). Y donde está el botón para HACERME FAN??? #MECAGOENTUALMUERZO

  6. yo soy fan del Lic. desde algunos artículos que escribió en Quo, luego la etapa de «Pan y Circo» en CM, donde ya polarizaba las opiniones, cuando algunos lectores reclamaban el porque «le daban un espacio a semejante pelmazo» (sic) y otros protestamos airadamente por su salida, hasta su retorno… de hecho, dejé de comprar la CM cuando ví que ya no regresaría más (o por lo menos por el momento actual) Nomás consigo un escáner, y le mandaré tooodas las columnas, ya que aún anda por ahí mi colección… Saluditos Cachetoño

  7. ¡Ah chingá! haciendo cuentas, ya son casi ¡DIEZ AÑOS! de seguirte… creo que ya me gané un pinche calendario tuyo (no desnudos, please) o un recuerdito…

  8. Da gusto saber que en este universo hay alguien agradecido con sus lectores y orgulloso de lo que hace.

    Yo no puedo decir que llevo mucho tiempo leyéndolo. Tal vez un par de años a lo más. Sin embargo el estilo que usa en este blog me ha hecho fan del mismo y aunque de repente tenga temas de los cuales no soy muy fan, me entretengo y disfruto la forma de abordarlos de su parte. O sea de como lo ve o lo piensa, no de como….. los aborda con su p… Bueno me entendieron.

    Esperemos esto dure mucho tiempo más y me declaro zombie infectado por la finísima plaga. Gracias, Mr. Sempere.

  9. nuestra generacion fue de sárcasticos albureros vulgares? o porque sera que el humor del finisimo toño se me hace tan bueno? estoy seguro que tiene que ver con algo generacional… no me resigno a la explicación común de «es que estan bien pendejos» seguire investigando

  10. Pues que bien que seguiste con tu vocación, me hace el día cuando puedo leer un nuevo post, sobre todo si es una reseña 😛 Creo que una de las razones por las que me gusta el sentido del humor de este bló es porque utilizas el sarcasmo, me gusta el sarcasmo.
    En mi familia también usan eso de «pura finísima persona» cuando se refieren a alguien que es todo lo contrario; por eso me llamó la atención el título de la columna la primera vez que la vi.

    Saludos Lic. y ojalá sigamos acá una buena temporada, felices de ser finísimos lectores y finísmos miembros.

  11. Yo tambien me considero un finisimo lector de este «blo», y a excepción de los post de musica (no soy afecto a ella a menos que este de borracho), me divierto enormemente con lo que escribe el dueño de este lugar, aun cuando ultimamente en mi vida las cosas no van muy bien, aqui logro olvidarme por un rato de mis preoblemas. Gracias Sr, Sempere.

  12. Impensable la evolución de fanzinero pornógrafo a editor internacional, pero ahí está y así te tiene, Toñolele. Soy de la impresión de que hasta usabas esos monocromáticos panfletos para ligar chamacas y ganarte amigos hasta entre los maestros, jajaja. Fíjate que a pesar de que me gusta el dibujo y de que me gusta escribir, y de que me han invitado a revistillas locales o regionales, siempre he mantenido cierta distancia, dado que no me siento en la disposición (aunque creo que sí en la capacidad) de comprometerme a generar contenido de manera constante. Qué buena historia, qué buenos cuates, qué buen cotorreo. 🙂

  13. pos larga vida al finisimo blò (por eso no uso acentos y no por que no sepa sino por mi mugre teclado en inglich y s.o. igual en idioma chaquetesperiano)
    y pos unas chelas a su salu desde algun punto del sureste mexinaco (donde aun de noche y con la brisa portuaria hace un calor de la fregada pero es chido ver pasar jevas con ropita mas ligera de lo normal hehe)

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