Toño VS. El Doctor, Parte II: El Hospital

Como recordarán, mis esfuerzos por recolectar las muestras del laboratorio para un chequeo médico me dejaron sin casa, pero aún así no cejo en mi intento por verificar si tengo una salud de hierro o si tengo que ir haciendo testamento para ver quién de los cuates hereda el Playstation 3 (mi única posesión material que le interesa al prosaico vulgo). Así pasó lo que pasó…

Día 1
10:30 AM –
Decido presentarme en persona en el hospital, para ver si pueden resolver el predicamento de mis pruebas de laboratorio y agilizar el trámite. Cuando le explico a la recepcionista mi situación no parece muy interesada, pero en cuanto le menciono mi intención de quedarme algunos días en las instalaciones (así me evito el madrugón en el laboratorio) hasta que queden resueltas mis dudas de salud, se le ilumina el rostro. Levanta un teléfono rojo, dice que hay un ‘código verde’ y de la nada se materializa un ejército de camilleros, enfermeras guapas y un señor de bigotito, cabello engominado y traje de rayas, quien dice ser el administrador del Hospital de Nuestra Señora de la Pronta Chequera. Me dice que tienen prevista la Suite Hospitalaria Excélsior para casos como el mío. Me sientan en una silla de ruedas que es más bien un sillón Laz-E-Boy con neumáticos Pirelli a los lados y me conducen al elevador acompañado de su séquito de achichincles.

10:33 AM – ¡Esta suite está sweet! Es tan grande como un salón de clases del Tec, y me imagino que igual de cara. Espero que mi seguro médico se porte a la altura de las circunstancias. La Excélsior tiene cama matrimonial con masaje vibrador para el delicado paciente (o sea yo), sala-comedor, vista panorámica hacia el exclusivo fraccionamiento de Lomas del Narcolavado, Wi-Fi, alfombra de pared a pared, pantalla LED de 60 pulgadas con Blu Ray, 600 canales de tele de todo el mundo (espero que Playboy TV no esté bloqueado), servibar, cuarto de visitas y acceso directo al helipuerto. Es un pequeño lujo, pero creo que lo valgo. El administrador saca una batita de seda del armario de cedro libanés, me dice que me ponga cómodo y que en breve pasarán enfermeros para el chequeo preliminar. ¡Los servicios de salud en verdad están manejados por ángeles que caminan entre nosotros! ¡Benditas instituciones que se desviven por prodigarnos calidad de vida! Sigue leyendo