Todo menos paciente…

Salas de espera de antaño: organizadas. Y racistas.

Esta semana tengo varios compromisos con mi salud (¡Salud!) que me obligarán a subir posts cortitos, pero espero que sepan que no los olvido. Y es que he estado visitando consultorios, laboratorios y clínicas en espera de ser atendido por esos infatigables galenos que, sin mayor móvil que el de prolongar la existencia del prójimo y cobrar más dinero en un día que lo que uno gana en un mes, atiborran sus consultorios y oficinas con pacientes que ejercitan la paciencia de una forma admirable.

La sala de espera y los consultorios son un martirio de bajo impacto. Por esto entiéndase que no equivalen a un sufrimiento fuera de serie, ni nada que el humano promedio no sea capaz de aguantar con estoicismo y resignación, sino que tan sólo constituyen una prolongada molestia plena de tedio. He aquí, pues, tres de mis quejas frecuentes y las posibles soluciones que se me han ocurrido:

Las revistas. ¿Han leído el Mientras Espera? Es una revista específicamente diseñada para leerse en salas de espera. Y es lo más patéticamente aburrido que hayan visto desde el estreno de la última peli de Sofia Coppola. Me imagino que su editor y redactores deben ser la clase de abúlicos seres que se emocionan cuando avisan que viene nuevo disco de Raúl Di Blasio. Lo malo es que en la mayoría de los consultorios las opciones de lectura revisteril se limitan a esta publicación, a revistas comerciales más repasadas y manoseadas que una mujer petacona en un desfile de carnaval, a publicaciones médicas (como si quisiéramos pensar aún más en los males que nos obligan a ir al doctor) y a un periódico chafa que se le olvidó a un paciente tempranero (en 1998). Lo dicho: crueldad innecesaria.
Posible solución: al agendar la cita con el médico, la secre o recepcionista DEBE preguntarle a la persona qué revista quiere leer en lo que espera, y se puede llevar el ejemplar como cortesía. Con lo que cobran por consulta es lo menos que merecemos. Y si la revista que pides es una que te da penita comprar (H Extremo, TV Notas, Eyaculador Precoz Illustrated), mejor aún, pues quiere decir que uno de los empleados del consultorio tendrá que pasar la verguenza de adquirirla por ti.

ScarJo no es exactamente lo que se denominaría como "feuchita", la verdad...

La batita. Pocas cosas son tan humillantes como el «quítese la ropa y póngase esta batita para sus exámenes». El diseño de estas batas no sólo acaba revelando nuestras miserias más evidentes. También es poco favorecedor para cualquier figura. Scarlett Johansson se vería toda fodonga en una batita de esas, punto. Y les entra aire por todos lados. Y huelen como a naftalina. En fin, son anímicamente derrotistas.
Posible solución: el paciente que se verá obligado a desnudarse en el consultorio tiene la opción de llevar la ropa interior más vieja y frágil de su guardarropa, algo que no le duela perder. A la hora de la verdad, el miembro del staff más atractivo debe acercársele al paciente y desgarrárle dicha ropa interior, hasta dejarle al desnudo. Si usa los dientes, mejor aún. Imagínate el escenario: entras todo cohibido a la sala de auscultación y te quedas en chones y camiseta. Este acto te pone de inmediato a gusto, sientes que estás en casa, en confianza. De pronto aparece esa enfermera que parece sacada de una comedia mexicana de los 80 estelarizada por Lalo El Mimo y Felicia Mercado. La enfermera se te abalanza violentamente y comienza a arrancarte la ropa a diestra y sieniestra. ¿Cuál inhibición? ¿Cuál pena? No importa si el doctor procede a amputarte tres dedos y a cobrarte el equivalente un riñón, tu estado de ánimo durante el resto del mes estará por los cielos.

No hay afecto por el cliente. No somos pacientes, somos «clientes», eso es claro. Y en vez de hacernos sentir algo de apreciación, somos tratados con una indiferencia comercial absoluta. Llegas, te anuncias, esperas, entras, sales, pagas y te vas. ¿Dónde está el amor?
Posible solución: que el marketing del mundo pizzero asuma el manejo de la «experiencia médica». Promociones, descuentos, especiales… eso es lo que falta para añadirle atractivo a la consulta. Imagínense estas posibilidades: Uno de cada diez consultas es gratis. Junta cinco procediemientos médicos mayores y te regalamos una lipoescultura o unos implantes de silicón. Miércoles de Consulta Sardina (todos los que quepan en la mesita de diagnóstico son atendidos por un bajo, bajo precio). Si su espera es mayor a 30 minutos, consulta gratis. Esta idea nos haría, de entrada, menos renuentes a acudir al médico.

En fin, ésas son mis primeras quejas al respecto. ¿Qué es lo que les molesta a ustedes de ir a consulta o al laboratorio? Y más aún, ¿cómo podrían tener una experiencia más agradable? Vamos, comenten. Dénme algo que leer en vez de esta horrible edición del Mientras Espera, por piedad…

23 comentarios en “Todo menos paciente…

  1. Que no te gusta leer revistas viejas, si es lo mejor del mundo, poder recordar cuando el mundo era más inocente, Ben y JLo van a estar casados por siempre, se lo firmo. Afortunadamente para aquellos que no disfrutan de ese inigualable placer con las tecnologías modernas puede acceder a internet desde su celular o juegue angry birds o cualquier otra cosa, pero no salga con que se aburre en la sala de espera, se lo creería hace 5 años.

    Y me sigo preguntando como hay personas que consideran que Scarlett Johansson no es una Ubber mami, créame las hay, y conozco a muchas.

    Saludos y espero que no tenga nada serio.

  2. En parte lo entiendo…. bueno a decir verdad mi abuela va a centro médico y la atención es pésima. Se entiende la demanda ya que van millares de personas a diario pero pienso que el IMSS podría mejorar empezando por mejorar la administración de este…

    Es decir cada que vamos estamos en el piso y resulta que el expediente quien sabe donde esta… a mi pobre tía van dos veces que le toca ir a buscar el jodido expediente casi casi al metro, y resulta que a la mera hora estaba donde debería de estar… las incompetentes secretarias que tienen ahí en definitiva, no dan abasto.

    Lo peor de centro médico probablemente no sea eso… tal vez el mayor problema es que solo dejan pasar al paciente con un acompañante -hasta cierto punto se entiende ya que hay veces que quieren meter a toda la familia- pero eso sí, los vendedores ambulantes sean bienvenidos. Eso a decir verdad si que me molesta!! digo, he pasado horas esperando aburrida afuera pero el wey que vende chinitos de la suerte puede entrar y salir cuando se le antoje… uff…

    De ahí bueno debido a una terrible alergia que sufro suelo ir con un otorrinolaringólogo particular, la verdad es un consultorio muy bonito. Tiene tele… aunque claro la secre siempre ve ventaneando y esos programas que dan asco. Pero! tiene revistas que dan en los aviones… vienen artículos sobre diferentes países eso, cuando menos ya me parece totalmente diferente a la típica TV y Novelas… Lo que me parece interesante es que la última vez que fui tenía en una mesita un rompecabezas… le faltaban pieza-obviamente- pero cuando menos ya fue un entretenimiento diferente.

    Y bueno, concuerdo contigo… ir al doctor es un tortura tremenda!!! no nos vendría mal que nos ofrecieran uno que otro servicio, no lo sé, por que no una maquina para hacer café y así no dormirte mientras lees la aburrida «mientras espera»

  3. Que le pongan aca calefaccion a la cama de hierro del seguro, se que es anti erecciones matinales (esas que no puedes controlar, y menos con la batita >.<) pero no manches, se me encuera el chino nomas en pensarlo D:

  4. La enfermeras de mi clínica si parecen salidas de película picarona de los 80’s donde hacían su aparición Lalo El Mimo, Alfonso Zayas y Pedro Weber Chatanuga, el pex es que se parecen a Lalo El Mimo, Alfonso Zayas y Pedro Weber Chatanuga.

  5. yo lo invito a mi centro de salud, seria recibido con el máximo esmero, ya que lo mas seguro es que seria mi único paciente y por si algún despistado también cayo por ahi en la salita de espera tengo una selección de CM, muy interesante, OXM (tenía de Maxim pero la enfermera se quejo sobre una columna de un tal Sempere), además totalmente gratis… el gancho es que me encuentro en (dirían los españoles) la quinta puñeta… llamase Sn Juan Yatzona (al batigoogle earth )

  6. La maldita sincronía que tienen las asistentes del doctor para llamarte en el preciso momento en el que fuiste al wc para -dependiendo del padecimiento que cargues- zurrar o vomitar, o limpiarte sangre coagulada y pus de la herida que no se han dignado remediar en las anteriores cuatro horas… eso, y los enemas. Y ninguna de las dos situaciones tienen posible solución, al menos en el sector público.

  7. Si ir al doctor es muy desagradable y lo de las revistas esta de hueva, al menos deberian poner unos 3 periodicos del dia son solo 20 pesitos ¿porque tanto desprecio por los (im)pacientes?.

    Tus ejemplos son buenos pero hay cosas peores, como por ejemplo:

    – una sala de espera de un pediatra, estar esperando con iños enfermos vomitando todo alrededor, con otros niños sanos corriendo como conejos a los que les embarraron la cola con chile.

    -la sala de espera del dentista no tengo que agregar mas, la mayoria saben de lo que hablo.

    -has ido al ISSTE? es una tortura te tratan con la punta del pie si te vas muriendo te dejan esperando en urgencias para saber que tan grave estas, ¿un piquete de alacran? no hay problema usted puede aguantas una hora pegado a la ventana con el aire frio de invierno. ¿Es usted asmatico? no se preocupe lo atendemos en 2 horas sientese junto a los gripientos que lo pueden contagiar y agravar su salud.

    -¿les dije que el ISSTE es malo? pues multipliquen ese culerismo por 100 listo tienen una clinica del IMSS totalmente funcional.

  8. La sala de espera del dentista es terrorífica porque escuchas el maldito taladrito todo el tiempo. Una solución podría ser que a dichos taladros les puedas cargar rolas en mp3, o ringtones groseritos. «Ooooraleeees, Chikabum esta de hueeevoooos…»

  9. Pingback: Todo menos paciente…

  10. y ya sabe lo que se dice del urologo, que te la mira con desprecio, te la toca como si tuvieras sifilis, pero te cobra como si te la hubiera mamado
    muy cierto que los del issste estan de la ñonga, pero los del imss estan años luz peor, de cada 10 empleados del imss 1 es de asistencia medica -medico, enfermeros, radiologo, etc- y 9 son administrativos, por eso estan quebrados los pendejos, ningun hospital privado podria operar con las condiciones laborales que existen en el imss

  11. Yo trabajo en la industria farmacéutica así que paso buena parte del día esperando en salitas de ese tipo creanme: las hay malas y están las infernales, por ejemplo las hay donde el dr. tiene a sus perros en la sala de espera y dormidos en las sillas, o ponen una tv para hacer menos pesada la espera pero ponen los programas de revista o chismes o el paciente que insiste en contarte sus múltiples achaques, ¿consejo para superar el reto ? quítense la pena y llévense consola portatil, libros, revistas, laptop pero fundamentalmente no olviden un buen par de audífonos, les salvarán la vida y la razón.

  12. Todos sabemos para que sirven las salas de espera. Se requiere una ventana de tiempo para que puedas recapacitar que tus malestares pueden ser aún peores de lo que son. Por lo tanto, es natural que se genere una falsa sensación de alivio cuando galeno abre la puerta y menciona tu nombre para darte atención. Esta genialidad logra dos cosas:

    1. Que pagues sino del todo feliz, si lo bastante convencido de que es lo correcto y peor aún, lo justo.
    2. Si la consulta es el IMSS, un alivio y un obstáculo menos para salir corriendo de ahi. No cualquiera aguanta a la viejita tísica que vio en ti el nieto que perdió por una sobredosis.

    Lo que me lleva al detalle magistral para lograr ese mood melancólico y altamente depresivo de las salas de espera: la música. Los Doctores saben y viven convencidos de que es necesario generar un aura de dolor y pesimismo a fin de matar toda esperanza de alivio, es por eso que los muy sádicos buscan el apoyo de:

    1. Kenny G
    2. Yanni
    3. Enya
    4. Kytaro
    5. Vangelis
    6. Fresh Air
    5. y ya en el paroxismo de la violencia: Raul DiBlasio, Richard Clayderman y Juan Torres y su órgano melódico (no, no es alburel tipo sí existió y fue un hitazo en los 70’s hagan una búsqueda de en Youtube)

    Malditos sean.

  13. Por lo menos deberían salir a ofrecer opiáceos a los que estamos en la sala de espera. Digo, por aquello de prevenir el inminente ataque de pánico que sobreviene cuando finalmente te subes a la mesa de exploración o al sillón del dentista.

  14. una vez un medico me estaba oscultando de la rodilla y yo estaba en boxers sentado en la mesa y el tipo salio del consultorio dejando la puerta abierta, como unas 6 personas me vieron en interiores #fail

  15. En mi sala de espera tengo puras revistas de Vanidades (eso si, están al da) y rara vez pongo un periódico deportivo. La razón? 9 de cada 10 pacientes en un consultorio dental son mujeres. Ya en la consulta por lo menos pueden escoger la selección musical que quieran, si traen su iPod, Mp3 o Cd, pues van, es lo menos que se les puede ofrecer para el sufrimiento que les espera :P.
    Moraleja: Lávense los dientes y visiten a su dentista cada 6 meses para revisión preventiva 😀

  16. Yo llevo fácil 10 años que no voy al doctor. Bueno, hace casi un año fui al dentista, que es el novio de una buena amiga, y no cuenta porque eso ni es ser doctor (jajaja, no te creas, Carlitos), y la verdad me trata muy bien y nunca tengo que esperar más de 10 minutos. Fuera de eso, no he sufrido ninguna enfermedad o percance que requiera otra cosa que tener el sentido común de ponerse un abrigo en tiempos de frío y no comer tanta pendejada de dudosa higiene en la calle, cosa que debería tomar con mayor seriedad porque no es verdad que nadie se ha muerto de eso.

    Pero mi buena madre, la santa de mi jefa, ella sí cree en homeópatas, acupunturistas, cromoterapeutas y desprecia los medicamentos del médico alópata. Cuando me llegué a enfermar siendo chavo, a esa clase de alternativistas es con los que le gustaba llevarme. A la fecha no se me olvida el doctor chochero que te recetaba sus típicos dulces de alcohol y además te daba un puto hechizo para que hiciera efecto (una oración a San Fulano, o al Arcángel Nosequél, o a laVirgen de Loyo, da igual). O el terapista que acostaba a mi papá en una ocasión sobre una cama magnética, dizque para estabilizar su aura y el flujo de su chi. Y desde luego, el yerbero que quería curar todo con tecitos y agua similar a la de Tlacote.

    No digo que era así todo el tiempo, a veces sí recurían a la medicina más química, pero todo eso derivó en que a la fecha mi mamá siga creyendo en esos buenos médicos con creencias inquietantemente contracientíficas, que mi papá no volviera a creer en médico alguno y ahora resuelva todo por la vía de la automedicación, que una de mis hermanas se haya vuelto vegetariana irracional, y que yo no vaya con unos ni con los otros si calculo que me puedo curar solo, como ha sucedido casi siempre. Y así seguiré posiblemente hasta que un día me digan que si hubiera ido al doctor con regularidad me hubieran detectado a tiempo un hermafroditismo espontáneo o alguna mamada así.

  17. Yo siempre he sido enfermiza: de pequeña era de esas k tocan todo lo que hay en la salita de espera (revistas, artefactos médicos, sillas, plantas, hasta el bote de basura guak), que se sientan en todos los lugares vacíos una y otra vez y que lloran antes de que les anuncien que les darán una inyección!!!

    Ahora de grande sigo enfermándome pero como mi hermana es doctora en el IMSS creo hasta cierto punto que, por el lazo fraterno, me han de tratar mejor… Pobre gente que llega y espera horas jejeje simples mortales.

    No, ya en serio, me ha ido mal con las citas médicas; en una ocasión me enviaron a ultrasonido por un estudio de la vesícula (según) me tocó esperar con todas las embarazadas y sus quejumbres (han de haber creído que tenía 1 hora de embarazada jejeje), ya cuando pasé se puso peor cuando el técnico que me examinó puso cara de «qué diablos tiene esta mujer?» y salió diciendo: Ohhh! Mejor llamo al médico… y me dejó esperando los 5 minutos mas largos de mi vida… Cuando entró el médico me dijo que me enviaría de inmediato a Tomografía… -pánico- (yo creo que de no haber sido por mi hermana me hubieran dado cita para 3 meses después… claro si la espera hubiera aguantado que yo no muriese de ansiedad). Luego me mandaron a esperar con gente más enferma, creo que eso termina por deprimirte y después de 2 pacientes seguía yo: quitate la ropa, ponte la batita, subete aqui y cuando te digamos que no respires y no te muevas ni siquiera pienses… Ya cuando salí me dijeron que tenía un quiste extraño y que me enviarían a oncología -qué sigue del pánico?- Creo que es la peor sala de espera porque generalmente la pobre gente está demasiado delgada y sin cabello y nada mas de acordarme me da muchisima tristeza por ellos y por lo que se venía no tanto para mí, sino para mi familia… Pasé y el doctor fue muy muy grosero y me dijo que no le hiciera perder su tiempo, que mi quiste no era canceroso y que estaba demasiado ocupado con cancer de mama y cervicouterino para que yo llegara a pedirle que me examinara… De ahí pues mejor fui a un dr. particular (cubano x cierto) y después de 3 tomografías, 5 ultrasonidos y una punción me dijeron que cuide mi alimentación, que estoy bien y que si tengo dolor me tome una pastillita… o como segunda opción viajara al Centro Médico Nacional porque mi caso era realmente extraño y generalmente se da en personas de edad avanzada (yo tenía 26 años).

    Realmente esperar es horrible y peor aún cuando nadie es concluyente y te dice qué enfermedad tienes!!! Espero tu no pases por esto Toño y que sea lo que tengas te mejores =)

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