ARCHIVO MUERTO: Titanic bajo otra óptica.

N. del T.: Mi cinismo para el cine (¡Por el poder de la aliteración!) no empezó con mis reseñas de Twilight (y secuelas) o Avatar. Creo que el primer escrito sobre el Séptimo Arte que llegué a hacer público es éste, dedicado a Titanic. Lo escribí para una sesión de Planeta Paulina, y luego anduvo circulando (en viles fotocopias) entre cuates y conocidos, al punto de que llegaron a contactarme de la revista Cine Premiere para preguntarme si me interesaba publicarlo. Claro, se me olvidó hablarles oportunamente, y cuando lo hice ya estaban cerrando la dichosa publicación. En fin, viene al caso para recordar cómo era el panorama fílmico antes de Avatar. Terminé el texto un par de días después de que se anunciaron las nominaciones al Oscar en 1998, así que ya llovió. El texto no está actualizado, excepto en lo que respecta al casting masculino de la película de Barbra Streisand, pues el gag dependía de hacer notoria la diferencia de edad con sus coestelares. Y claro, dejé a los muertitos (Brando, Montalbán) dentro del texto, como homenaje pitero. Bueno, es sólo para que vean lo poco que he evolucionado como escritor de idioteces. ¡Disfrútenlo! ¡Es una orden!

25 de febrero de 1998

Seguramente ya vieron Titanic. Si no lo han hecho, espero que la salida del coma no haya sido demasiado traumática. Hoy es considerada la obra maestra del genio de la ciencia ficción, James Cameron, otrora especializado en explosivos filmes inspirados por la figura musculosa de un Arnold Schwarszsgggjennrehghter armado hasta los dientes, sin duda también musculosos. Titanic ha pasado ya de ser «un churro estilo Waterworld» (predicción de la  crítica) a ser «un churro estilo Waterworld que va a romper todos los récords de taquilla del mundo, para siempre». Si hay mujeres leyendo esto, seguramente ya están averiguando dónde vivo para mandarme una sobre lleno de popó. Aclaro, pues, que lo último es una apreciación personal. La mayoría de los críticos se aprestan ya a declarar a Titanic como la más grande obra cinematográfica de la historia, debido a su inminente avance sobre las cifras establecidas por Star Wars y a un costo de producción de 260 millones de dólares. Es como si el Ciudadano Kane jamás hubiera existido. Pero volvamos a la razón de mi descontento…

Realmente no considero a Titanic como un churro. Creo que tiene méritos indiscutibles e incomparables a la mayoría de las obras que disputarán los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. Para empezar, sale Kate Winslet en pelotas, y eso tiene mucho valor artístico. Pero resulta un poco desconsolador el hecho de que la avalancha de nominaciones sean vertidas sobre un filme cuyo guión no va más allá de una simple historia de amor e interés: Rose, la chica bella (Kate Winslet, que sale en pelotas) va a casarse con el hipermillonario desconsiderado Cal (Billy Zane), pero conoce al pobretón aventurero Jack (Leonardo DiCaprio) y decide intercambiar una vida de obscena riqueza al lado del primero por el amor puro y verdadero que le ofrece el segundo. O sea, igual que en la vida de cualquiera de nosotros, sólo que este triángulo se está yendo a pique (literalmente) en las frías aguas del Atlántico Norte. Además de que ninguna de nuestras novias se parece a Kate Winslet.

Kate Winslet en pelotas. Este es un blog naco, pero decente.

Esta trama difícilmente podría considerarse como el motor de la película más grande de la historia. Es un aspecto de debilidad, pensando que Titanic es grandiosidad absoluta: la réplica del barco construída en Rosarito, que mide el 90% del original; La banda sonora que sigue anclada en primer lugar mundial, con millones de copias, pese a que el tema principal es interpretado por Céline Dion (otro producto netamente comercial); La histeria colectiva de millones de impacientes estadounidenses que han llenado órdenes de envío anticipadas para el videocassette, una vez que salga la venta (posiblemente hasta fines del 98, para aprovechar las compras navideñas); En fin, sólo falta que algún emprendedor inteligente inunde las jugueterías con figuras de acción. Imagínense los anuncios de TV durante la barra infantil: «¡Jack, se pone azul y se hunde rápidamente al contacto con el agua! -El estuche con bocetos de mujeres desnudas se vende por separado- ¡Rose, se pone en pelotas! – El carísimo collar de diamante se vende por separado-«. Las posibilidades son infinitas.

LOLtanic

Si a lo anterior añadimos que ninguna de las actuaciones pueden considerarse como algo fuera de serie, resulta difícil explicar la afluencia a las salas. En todos los demás aspectos, la película es impresionante. Los efectos especiales son de primera; la ambientación, edición (de imagen y sonido) y cinematografía están impecablemente logradas. Sin embargo, hay pequeños detalles estereotipados que hacen que Titanic pierda credibilidad. El clásico inmigrante italiano, que para identificarse suelta un oportuno «¡Mamma Mia!» de vez en vez (nota: cuando un personaje menciona que le escribirá a su madre al llegar a América, seguro se muere antes del final); El irlandés, bueno para el trompón, pero con acento de Brad Pitt en Enemigo Intimo; La anciana Rose lanzando al mar el carísimo brillante, en homenaje al amor del difunto Jack (¿Por qué no lo donó a obras de caridad?). Y ya para qué mencionar la ridícula premisa del candente y empañador sexo desprotegido entre una chica «bien» y un vagabundo que vivía en burdeles, durante una época en que los condones se hacían de cuero curtido y el herpes genital se trataba con té de gordolobo y cataplasmas. Digo, está bien que Rose se enamorase, pero el herpes genital (hoy y entonces) es el herpes genital.

Los premios no serán ninguna sorpresa: Titanic se irá a casa con 72 Oscares, incluyendo el de «Mejor Actuación De Un Pedazo De Hielo En Un Largometraje» (previamente obtenido por Juliette Binoche en El Paciente Inglés). Es por eso que me hubiera gustado que las cosas fueran como antes: Cameron haciendo sus películas con Arnold Schwarszsgggjennrehghter, y Titanic en manos de otro director, seguramente cosechando menos premios, pero dejando a Star Wars como la película más taquillera y a la crítica sin oportunidad de hacer proclamas odiosas respecto a su lugar en la historia del cine. Me gustaría imaginarme Titanic bajo la óptica de directores contemporáneos como:

David Cronenberg – Una pareja de millonarios, Cal y Rose (Dennis Hopper y Holly Hunter), quienes han caído en la monotonía sexual, viajan a bordo de un moderno transatlántico. Ahí conocen a Jack (Elias Koteas), un pintor excéntrico que se introdujo como polizón pues le excita ser descubierto por el Primer Oficial y ser esposado en los camarotes de seguridad, preferentemente si el barco se está hundiendo poco a poco. Tras varias arrebatadoras escenas de sexo kinky, el trío contempla cómo un inmenso iceberg (interpretado por Deborah Kara Unger, de Crash) penetra el casco del transatlántico. Después de analizar la interesante simbología entre el fálico iceberg y la pérdida desgarradora de la virginidad femenina (después de todo, es el viaje inaugural), Rose, Cal y Jack se entregan a una vorágine de copulación desenfrenada hasta morir ahogados, hundiéndose los tres en lo más profundo del océano en un eterno y libidinoso rigor mortis. FIN.

Steven Spielberg – El barco de exploración del capitán Dakota Smith (Harrison Ford) detecta en su ultramoderno sonar una extraña figura hundida en lo más profundo del Atlántico Norte. Un equipo de expedicionarios compuesto por Dakota, la oceanógrafa Delores Reyes (Jennifer López), el Dr. Emmit Brown (Christopher Lloyd) y dos niños salidos de Dios sabe dónde, aborda el batiscafo Spelunker, equipado con la más sofisticada tecnología, para descubrir qué es esa figura y para traerla a bordo «con fines científicos». Tras combatir con tiburones, nazis, tiburones nazis, extraterrestres y un extraño velocirraptor mutante capaz de respirar bajo el agua (el velocirraptor también es nazi), el Spelunker descubre que la extraña figura son los cadáveres de Jack, Rose y Cal, alineados en una exótica posición sexual. Dakota Smith exclama «¡Maldición, estamos en la secuela de la película de Cronenberg!», justo en el momento en que el despistado Dr. Brown transporta al Spelunker hacia el pasado para salvar la carrera actoral de Michael J. Fox. ¿Y el iceberg? Eh… Sale sobre los créditos. Y es un OVNI disfrazado. CONTINUARÁ…

¿Escena de "Steven Spielberg's Titanic"?

Martin Scorsese – Guido (Joe Pesci) es un inmigrante italiano que huye de Europa buscando hacer carrera en América. Consigue un boleto a bordo del Titanic gracias a su viejo amigo Jack (Sean Penn), quien está enamorado de Rose (Sharon Stone), prometida del multimillonario Cal (Jack Nicholson), cuya fortuna proviene del tráfico de opio y la trata de blancas, prietas, chinas y demás pieles. Guido decide vender sus servicios a Cal para eliminar al molesto pobretón, a cambio de una fuerte cantidad. Sin remordimiento alguno por traicionar a su amigo, Guido arroja a Jack por la borda justo en el momento en que un iceberg frío y calculador (interpretado por Robert De Niro) se impacta con el casco del bote, prensando al pobretón y manchando de vísceras y sangre la impoluta blancura del hielo. Al ver que el barco naufraga, Guido busca a Rose para eliminarla y poder quedarse con su carísimo collar de perlas, pero Cal, previendo la doble traición, le acecha con su guardaespaldas en el salón de baile de la cubierta Lido. Guido cae abatido por una lluvia de balas bajo los acordes de Under My Thumb de los Rolling Stones. FIN.

Barbra Streisand – Una joven de 19 años llamada Rose (Barbra Streisand), viaja a bordo del Titanic en compañía de su multimillonario prometido, Cal (Robert Pattinson). Su deslumbrante sencillez, enmarcada en su incomparable y exótica belleza, hace que un pobretón llamado Jack (Zac Effron), caiga prendado de sus encantos y le declare también su amor incondicional. En el transcurso del viaje, Rose se debate en la elección de uno de sus enamorados, que han ido creciendo hasta abarcar al constructor del barco, el Primer Oficial, el Capitán, la Baronesa Von Ayers, todos los pasajeros de Segunda Clase y el Timonel, quien se descuida escuchando a Rose cantar durante una cena de gala y no puede evitar la colisión con un iceberg. Todos los pasajeros le ceden su lugar a Rose en los botes salvavidas («¡Tu talento y belleza deben sobrevivir este desastre!», claman al unísono), con la consecuencia de que ella es la única en salvarse mientras los 2200 enamorados se van a pique. Ella homenajea la admiración profesada cantándoles Memories desde el bote salvavidas mientras todos se ahogan, sonrientes. FIN.

¡Este verano... "Ronald Emmerich's Titanic"!

Quentin Tarantino – En medio de la música surf-rock de The Ventures, un frío y funky gangster conocido como Leroy «Iceberg» Williams (Samuel L. Jackson) tirotea a Jack Sylvain (Mark Hammill, en su regreso a la pantalla tras la trilogía de Star Wars), un desconcertado neoyorquino que volvió de Europa tras unos años de contrabandear heroína y comer hamburguesas de McDonalds. Flashback a la historia donde Jack conoce a Rose (Uma Thurman), novia del gangster Marcelo «Cal» Juarez (Ricardo Montalbán, en su regreso a la pantalla tras La Isla de La Fantasía), cuando Jack le salva la vida de un viaje sobredoseado tras consumir enterita una gran roca de crack, blanca y pálida como el hielo. Jack le aplica a Rose una lavativa de adrenalina que le devuelve la respiración (y se la quita al público espectador), y ella en agradecimiento le confía un carísimo collar de diamante guardado en una maleta. Flashforward a otro tiroteo entre Cal y Jack, que culmina con un balazo en la cabeza para el primero al compás de Papa’s got a brand new bag de James Brown. Nuevo flashback a la infancia de Jack, platicando con su padre (Quentin Tarantino) quien le habla de su experiencia con prostitutas mexicanas en Vietnam. Hay varios flashbacks y flashforwards adicionales, todos acompañados de música cool e ingeniosos dialogos sobre temas triviales. Eventualmente todo concluye con el 93% del público incapaz de atar los cabos de la trama, pero no importa, porque la película está poca madre. FIN.

Kenneth Branagh – Reimaginación de la tragedia del Titanic en el marco del hundimiento de la flota del Rey Jorge IV de Inglaterra al surcar el Canal de La Mancha para repelar la invasión de los bretones en 1527. Jorge IV (Kenneth Branagh) pondera la mala suerte de encallar contra un iceberg, hecho inusitado en estas latitudes, y ordena al contramaestre Sir Jack Meoff (Hugh Grant) proseguir el avance en un bote salvavidas, junto con los caballeros sobrevivientes: Sir Loin Beef (Marlon Brando), Sir Vance Lassotras (Ewan McGregor) y Sir Culee Toprecks (Keanu Reeves). Sir Jack, pese a estar comprometido con la exuberante y pechugona Lady Gloria Stits (Liz Hurley), cae prendado de la belleza de Rose (Halle Berry), una prostituta senegalesa que sirve vino barato en una taberna de Cornualles. Prosiguen tres horas de diálogos shakespearianos que debaten el amor y la lealtad, el compromiso y la castidad, el destino y la lujuria, y el hecho de que la mitad del cine (compuesto de contadores, ingenieros en sistemas y parejitas de secundaria) no se va a acordar de un solo parlamento al dejar la sala. De hecho, tres cuartas partes de los mismos ya se metieron a ver la nueva película de Julia Roberts. FIN.

Jack, arrimándole a Rose el "James Camarón"...

Podría enlistar muchas otras opciones para hacer versiones alternativas de Titanic. Quién sabe… quizá hasta una de mis propuestas llegaría a tener éxito. Sin embargo, no quiero aburrirlos más de lo que ya los he aburrido (eso sí, en menos tiempo y a un precio más accesible que Titanic). Y ahora les dejo: voy a ver si consigo un préstamo bancario para comercializar una línea de juguetes que se me acaba de ocurrir.